El entrenamiento de fuerza y las adaptaciones del sistema nervioso central desempeñan una sinergia que contribuye al incremento de la fuerza del sistema neuromusular.
Ciertamente la capacidad de producir fuerza depende del tamaño del músculo y de la facultad que tiene el sistema nervioso para transmitir un impulso al sistema muscular.
Por lo tanto el trabajo de fuerza producirá adaptaciones morfológicas en el deportista que potenciarán su capacidad de aplicar fuerza.
Estructura del sistema nervioso central.
El sistema nervioso se divide en el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso central se divide en dos partes que son el encéfalo formado por el cerebro, el cerebelo y el tallo encefálico y la médula espinal.
Así mismo su misión es recibir, analizar y procesar la información que le envía el SNP y transmitir las órdenes a los órganos encargados de ejecutar una acción.
Por el contrario el sistema nervioso periférico está formado por cualquier parte del sistema nervioso que se encuentra fuera del SNC.
Siguiendo con el punto anterior, se compone de nervios craneales, de los ganglios y de unos «receptores especializados» que procesan información que se encargan de enviar al Sistema Nervioso Central..
Funcionamiento del sistema neuromuscular.
Como hemos visto el SNC posee un rol sensitivo, al recibir estímulos internos y externos y a la vez tiene una función integradora al analizar y almacenar las señales que se reciben del SNP.

De esta manera el SNP estimula al SNC, quien se encarga de procesar y transmitir una respuesta desde la 1ª motoneurona ubicada en la corteza cerebral a la 2ª motoneurona situada en la médula espinal.
A continuación se lanza un impulso nervioso a la placa base del musculo que ejecutaría el movimiento.
Alteraciones del sistema nervioso central.
El trabajo de fuerza contribuye a alterar el funcionamiento del sistema nervioso central en base a los estímulos que proporciona este tipo de tareas.
Por ello determinadas cargas en el trabajo de fuerza repercuten directamente sobre el SNC.
De esta forma mejora el reclutamiento, la sincronización y la frecuencia de disparo de las unidades motoras.
También supone contribuye a una inhibiciones en los husos musculares y los órganos de Golgi que son receptor sensoriales del sistema nervioso periférico.
Por tanto, el entrenamiento de fuerza corrige las respuestas del SNC potenciando el incremento de fuerza la ejecución de una acción o un movimiento.
Como conclusión podemos establecer que el entrenamiento de fuerza proporciona determinadas adaptaciones en el sistema nervioso que son determinantes incrementar el rendimiento del individuo.